Por Pablo Tissera.
Según datos del INDEC de esta semana pasada, la brecha entre ricos y pobres aumentó un promedio de 3 puntos porcentuales en el año 2016 respecto del año 2015. También recordamos que semanas atrás el mismo INDEC brindaba datos que arrojaron que el 40% de los habitantes del Gran Córdoba vivían bajo la línea de la pobreza.
Hoy, la Provincia de Córdoba tiene un 55,6% de niños, niñas y adolescentes, menores de 17 años en situación de pobreza, eso significan 564 mil menores. Siendo el 15,3% de ellos y ellas habitantes de nuestra provincia en situación de indigencia, es decir que no alcanzan a cubrir la canasta básica alimentaria, eso significa 156 mil menores.
Esto es según artículo de diario de tirada masiva que difunde datos del CIPPES (Centro de Investigaciones Participativas en Políticas Económicas y Sociales), y que denomina esta situación como de “Infantilización de la pobreza”
¿Qué paradoja no? Nos preguntamos ¿Por qué siendo una de las provincias más ricas del país?, contradictoriamente, ¿somos también la segunda provincia con más menores en situación de pobreza del país, después de San Juan?
Hay una simple respuesta, y es que no se están distribuyendo los ingresos de manera equitativa, y seguramente, existe una problemática estructural que se refleja en una inequitativa distribución de las riquezas. Y en esto, tienen mucho o todo que ver las políticas públicas que se implementan tanto a nivel nacional como a nivel provincial, que generando escasas o nulas oportunidades hipotecan el futuro para el desarrollo de sus vidas.
De qué temas se debe ocupar la economía social y solidaria, el cooperativismo, cuál debe ser el interés por la comunidad, sino es analizar esta realidad, denunciar esta inaceptable desigualdad, proponer un necesario cambio desde el Estado que implemente políticas solidarias que vayan en sentido de generar una sociedad justa, solidaria e igualitaria.